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Shito Ryu

El Shitō-ryū (糸東流) es el estilo de Karate Do desarrollado por el maestro Kenwa Mabuni, es una combinación de estilos de los maestros “Yasutsune Itosu” y “Kanryo Higaonna”, el cual intenta unir las diversas raíces del karate.

Por una parte, el Shitō-ryū tiene la fuerza física y posturas largamente poderosas derivadas del Shuri-te, como el Shorin-ryū y el Shotokan (松涛館), por otra parte el Shitō ryū tiene movimientos circulares y movimientos en ocho direcciones, poder de aliento, características fuertes y suaves del Naha-te y del Tomari-te (泊手), como el Gōjū-ryū (剛柔流).

El Shitō-ryū es extremadamente rápido, pero aun así puede ser artístico y poderoso. Además, el Shitō-ryū formaliza y enfatiza las cinco reglas de defensa, desarrolladas por Mabuni Kenwa, las cuales son conocidas como Uke no go gen soku (受けの五原則).

En el estilo existen katas del Shuri-te, del Naha-te y del Tomari-te. Se utilizan fundamentalmente posiciones naturales, ni muy altas, ni muy bajas; no obstante, es frecuente realizarlas más bajas en las defensas que en los ataques, hecho que queda claramente reflejado en sus Katas. Las distintas posiciones se usan en todas las direcciones, coordinando, en el desplazamiento, la acción de la cadera y el resto del cuerpo con la ejecución de la técnica.

Las técnicas de defensa suelen ser de mano abierta, con un recorrido corto y en su ejecución tienen normalmente salida en diagonal, también hay técnicas de bloqueo a mano cerrada, pero estas últimas simplemente buscan evitar el contacto del rival mediante el contacto brusco fuerza contra fuerza. Los ataques y contraataques suelen ser de puño cerrado con recorrido corto y rápido, realizándose generalmente con avances rectos. Las técnicas de mano y pierna suelen usarse dirigidas a chudan y gedan, aunque en los entrenamientos debido a la influencia del karate como deporte de combate se trabajan también jodan, y en salto (tobi).

Se suele trabajar mucho en parejas, realizando aplicaciones de kumite buscando el control del adversario durante el proceso de la técnica hasta su culminación en un contraataque, manteniendo incluso el control en el suelo. También se trabaja en el autocontrol en situaciones poco corrientes o de peligro, trabajando los reflejos, la agilidad (tanto física como mental) y la rapidez en inmovilizar al adversario lo más rápido posible, o bien el inutilizarle de una manera temporal del uso de sus sentidos o articulaciones golpeando o presionando los llamados puntos vulnerables o los puntos vitales, los cuales permiten adormecer una extremidad, ayudar en el desarrollo de una inmovilización o luxación, dejar inconsciente al oponente, o bien alterar el funcionamiento de diversos sistemas del cuerpo como el
nervioso, el linfático, el sanguíneo o el respiratorio.