
El Maestro Kenwa Mabuni siempre insistía en al practicar el Karate se debía aplicar el sistema Yo Ryu Bi, tres principios fundamentales en la práctica del karate: Yo (Uso), Ryu (Flujo) y Bi (Belleza). Estos conceptos no solo describen aspectos técnicos del arte marcial, sino que también reflejan una filosofía que guía al practicante en su desarrollo.
En este sistema cada técnica debe ser útil YO (en el sentido de ser aplicable) y debe tener un ritmo fluido de movimiento RYU, y que a partir de esa combinación deviene la belleza BI.
Por lo tanto, cada movimiento debe ser práctico pero debe tener una utilidad elegante que llega a ser evidente tanto para el experto como al observador casual.
Esto debe ser tomado en cuenta en la ejecución de las Katas, desde las básicas y fundamentales hasta las avanzadas.
Yo (Uso) hace referencia a la aplicación práctica de las técnicas. En el karate, cada movimiento debe tener un propósito claro y efectivo, ya sea para la defensa personal o para el combate. Este principio enfatiza la funcionalidad de las técnicas y su aplicabilidad en situaciones reales.
Ryu (Flujo) alude a la continuidad y la armonía en la ejecución de los movimientos. La fluidez es esencial en el karate, ya que permite la transición eficiente entre ataques y defensas sin interrupciones bruscas. Un practicante hábil debe moverse con naturalidad, manteniendo la conexión entre cuerpo y mente.
Bi (Belleza) representa la estética en la ejecución de las técnicas. Más allá de la eficacia, el karate también busca la expresión artística y la armonía en los movimientos. La belleza en el karate surge cuando la técnica es precisa, fluida y controlada, reflejando el equilibrio entre fuerza y suavidad.
Estos tres principios se complementan y forman la base de un karate completo. La combinación de uso, flujo y belleza permite que la práctica marcial trascienda la mera lucha, convirtiéndose en un camino de desarrollo personal y perfección técnica.